DISMINUCIÓN DE LA DENSIDAD DE LA PIEL y SU ELASTICIDAD
la reestructuración, la revitalización y el perfecto
mantenimiento de la comunicación celular»
Es muy importante iniciar un tratamiento preventivo constante,
para retrasar y mantener el rejuvenecimiento cutáneo
y la salud de la piel.
El envejecimiento afecta en general igual a cualquiera
de los tejidos que componen la piel: tejido dérmico,
tejido epidérmico y tejido hipodérmico.
.
Proteger las células de la oxidación evitando el envejecimiento fotoinducido
Ayudar a neutralizar los radicales libres y mantener la estructura dérmica
Estimular al fibroblasto para reparar las fibras de colágeno y elastina
La dermis, revitalizando la piel a través de la respiración celular
La epidermis, recuperando la barrera cutánea
Relanzar la síntesis de colágeno y elastina
Aportar energía al fibroblasto
Los queratinocitos, debido al descenso de capilares activos,
no pueden acceder a tomar el oxígeno para realizar
la regeneración celular, y el tamaño de la capa
regenerativa se ve disminuida, resultando
una epidermis más fina y desprotegida.
En la dermis
Es la capa responsable de la fijación, resistencia
y elasticidad de la piel. Alteraciones de las
fibras de colágeno, se produce una
ruptura de las fibras elásticas
que causan una disminución
en la elasticidad.
En la hipodermis o capa más profunda
Dónde localizamos el tejido de reserva o tejido graso,
también se da el fenómeno de una menor
vascularización.
Conjuntamente, el tejido graso se pierde y esto
se traduce en un síntoma grave:
pérdida de densidad cutánea.
Estas fibras son muy importantes ya que son las que determinan la
elasticidad cutánea. Cuando la fibra se somete a tracción,
las uniones que forma la desmosina se abren,
y la fibra se puede estirar.
La pérdida en número de fibras de elastina, y la degeneración
de las existentes que se calcifican y se hacen insolubles,
es lo que se traduce por falta de ELASTICIDAD,
y cuando “tiramos de la piel”, ésta va
detrás y se deforma fácilmente.
Hemos perdido el entramado elastótico, la piel no cede y no vuelve
a su punto con facilidad. Las propiedades mecánicas de la piel
se resienten y la piel pierde su capacidad de recuperación
elástica; este proceso sucede de manera progresiva.
La piel pierde flexibilidad, para ganar rigidez.
Resumiendo, si las fibras de elastina se calcifican, las de colágeno
forman una malla densa, desaparece la sustancia fundamental
donde flotan todos los componentes, la DERMIS se estrecha,
queda vacía y así resulta como un saco vacío que
“cuelga”, y se presenta la flacidez.