Aparición de Arrugas – Pérdida de Firmeza y definición del Óvalo Facial
DETERIORO DE LOS COMPONENTES DÉRMICOS
Los cambios producidos en la piel a nivel estructural pueden afectar
solamente a estratos de la epidermis, como en el caso de las
arrugas más superficiales, o también la dermis,
como ocurre en las arrugas más profundas.
Se pueden encontrar arrugas en cualquier parte del cuerpo,
pero cosméticamente las más importantes son las
que se muestran en rostro y cuello.
En el proceso de formación de las arrugas intervienen
diferentes factores:
El envejecimiento natural de la piel.
El fotoenvejecimiento o la reiteración de los
gestos faciales (arrugas de expresión).
Bajo estos procesos radica un común denominador
fisiológico causante de la aparición de arrugas:
la alteración de la homeostasis de la
matriz extracelular dérmica.
HOMEOSTASIS DE LA MATRIZ EXTRACELULAR
Este concepto hace referencia al estado de equilibrio entre la
síntesis y degradación de los componentes de la matriz
extracelular (MEC), que mantiene la piel hidratada,
firme, elástica y sin arrugas.
Este estado, en el que queratinocitos y fibroblastos son
metabólicamente eficientes, permite tener en la
dermis una cantidad y calidad adecuadas de
fibras de colágeno, fibras elásticas y
glucosaminoglucanos (GAG).
¿Quienes son y el papel que juega cada uno de ellos en esta homeostasis?
Queratinocitos:
son las células típicas de la epidermis.
Secretan citoquinas para regular la
acción de los fibroblastos.
Fibroblastos:
son las células mayoritarias en la dermis y responsables
de la síntesis y degradación de los componentes
de la matriz extracelular.
Fibras de colágeno:
son las más abundantes de todas.
En la piel, el colágeno representa el 70 -75% del
peso seco y es el principal responsable de la
estructura y propiedades de la dermis.
Entre otras cualidades, las fibras de colágeno
confieren a la piel firmeza, que contribuye
a evitar la presencia de arrugas.
ALTERACIONES DE LA HOMEOSTASIS DE LA MEC: ARRUGAS
El estado de homeostasis se ve frecuentemente alterado por efecto
del envejecimiento intrínseco y por factores externos.
Estos fenómenos suelen tener como resultado un progresivo desequilibrio
en favor de la degradación de los componentes de la matriz
extracelular, lo cual provocará un empeoramiento del
aspecto externo de la piel, apareciendo arrugas,
laxitud, sequedad y pérdida de elasticidad.
Las fibras elásticas también ven disminuido su número,
ya desde el inicio de la edad adulta.
En el proceso del envejecimiento, y como consecuencia de la reducción y
alteración de las fibras de colágeno, la pérdida de hidratación
de la dermis por una disminución de los GAG y la
alteración de las fibras elásticas se produce
la aparición de las líneas faciales.
En caso de una exposición continua a agentes externos,
especialmente la radiación solar, aparece el
fenómeno de fotoenvejecimiento.
Los efectos de este se suman a los del envejecimiento intrínseco,
de manera que las zonas del cuerpo más expuestas a la
radiación son las que presentarán mayor
cantidad de arrugas.
En conclusión, los procesos que desequilibran la homeostasis
de la matriz extracelular, tienen como consecuencia
una piel con arrugas, menos elástica, menos firme
y menos hidratada.
En ese caso, es necesario volver cuanto antes al estado de
homeostasis que nos permitirá reducir la cantidad de
arrugas y recuperar las propiedades
cosméticas de la piel.